EL MAESTRO DEL MES.../ IL MAESTRO DEL MESE...

EL MAESTRO DEL MES.../ IL MAESTRO DEL MESE...
"Las mujeres se visten igual en todo el mundo: se visten para molestar a otras mujeres..." (Elsa Schiaparelli)
"Le donne del mondo vogliono tutte lo stesso vestito: quello che dà fastidio alle altre..." - (Elsa Schiaparelli)

lunes, 20 de octubre de 2008

SIEMPRE NOS QUEDARÁ PARIS- Sempre ci resterà Parigi


Hoy os voy a hablar de desfiles, pero no de las últimas pasarelas o de los cotilleos de su backstage . Hoy os voy a hablar de un desfile que fue muy especial para mí, porque fue el último que hice en Cibeles con una conocida firma gallega para la que trabajé, hace ya algún tiempo.
Os podría hablar de cualquier otro de los que realicé con ellos, pero he elegido justo el de septiembre del 2006, porque después de ese desfile ya nada volvió a ser como antes, y muchas de las personas que en él trabajamos, poco a poco nos fuimos marchando de la empresa buscando nuevos caminos.

Cuando era pequeña, mi profesor de pintura me decía que “pintar era como dirigir una gran orquesta”, tenías que estar siempre atenta a que cada color vibrase con el tono justo. Con el tiempo, aprendí que este ejemplo era también aplicable a muchas otras cosas de la vida, sobre todo a aquellas en las que la labor de equipo juega un papel fundamental.

En un desfile pasa lo mismo que en la orquesta o en los cuadros, cada elemento tiene importancia en sí mismo, y todo tienen que estar preparado para que en los 20 minutos que dura el espectáculo todo fluya con armonía y naturalidad. Sólo los que trabajan en esto saben el esfuerzo que supone y las horas de sueño perdidas que se esconden detrás de algo tan efímero.

Al principio sólo existen ideas, proyectos, dibujos, que se quedarían en nada si no hubiera unas patronistas meticulosas como Milagros, Olga o Patricia y unas cortadoras, costureras y planchadoras rápidas, capaces de transformar un simple boceto en una prenda.

En un desfile, la gloria a menudo se la lleva el diseñador que sale al final para recoger los aplausos y el favor del público, pero en realidad detrás de cada modelo hay muchas historias que implican directa o indirectamente a un montón de gente anónima. Se trata de una especie de cadena dónde todos juegan un papel fundamental, desde el que diseña, hasta el que almacena la prenda o compra las telas…

Hace ya unos meses publiqué un post sobre unas sandalias de playa preciosas, las “Canfora”, ¿os acordáis…?.
Pues bien un amigo mío y ex compañero lo leyó, y comenzamos a recordar los trámites para la compra de los 20 pares que necesitábamos para aquel “último desfile”.

Juan, formaba parte de ese grupo de personas que estaba pendiente de que todo saliese bien, de que la mercancía llegase en el tiempo justo, y sobre todo de tramitar los pagos y de reñir conmigo. Era y es, porque continúa en la firma, una persona metódica y escrupulosa en su trabajo que aporta un toque de realidad a un departamento tan caótico como el de diseño.
Pese a nuestras broncas, he de decir, que además de un gran profesional se ha convertido en un buen amigo, de esos de que lamentas no ver más a menudo pero que sabes que están siempre ahí, como Asun o Marian.



Cuando nos despedimos en La Coruña, recuerdo que mientras hablamos ya en pasado de todas nuestras aventuras y desventuras en la empresa, en broma soltamos aquella frase tan melodramática de la película Casablanca, “siempre nos quedará París…”. Intentábamos recordar aquel último viaje que hicimos con la empresa, y donde el malhumor, se apoderaba por momentos de los restos humanos que quedaban después de un desfile tan difícil como el de aquella temporada.


Lo cierto es que ahora después de casi dos años todavía recuerdo aquel desfile, París, el cansancio y todos y cada uno de mis compañeros.
Siempre nos quedará París, pero también La Coruña, Madrid, Asturias, Florencia, Pisa o Roma porque lo que queda siempre son las personas y los amigos que se llevan en el recuerdo allá donde vayamos.

Dedicado a J.J. y a todas las personas que incluso lejos me siguen siendo amigas.

-----------------------------------------------------------------------------------------------

Oggi vi parlerò di sfilate, ma non dalle ultime passerelle o dei gossip che nascono dietro le quinte. Oggi vi parlerò di una sfilata particolarmente speciale per me, perché fu l' ultima che feci a Cibeles con un famoso marchio galiziano per cui ho lavorato, ormai tempo fa.
Potrei parlarvi di tante altre che ho fatto con loro, ma ho scelto proprio questa di settembre 2006, perché dopo quella sfilata niente fu come prima, dopo quella data a poco a poco ce ne siamo andati più o meno tutti dalla ditta , cercando nuove strade.



Da bambina il mio professore di pittura spesso mi diceva che "dipingere era un po' come dirigere una orchestra", dovevi prestare moltissima attenzione per fare si che tutti i colori vibrassero nella giusta tonalità. Col tempo, ho imparato che questo esempio era anche valido per tante altre cose della vita, soprattutto per quelle riferite al lavoro di squadra.

In una sfilata succede un pò lo stesso che con una orchestra o un dipinto, ogni elemento é importante in se stesso, e tutto deve essere pronto in modo che in quei 20 minuti di spettacolo, tutto scorra in un modo armonioso e naturale. Soltanto quelli che lavorano in questo settore sanno quanto sforzo c'è dietro le quinte e quante ore di sonno perso costruiscono un sogno così effimero.

Inizialmente esistono solo le idee, progetti e disegni che non sarebbero più che fantasie se non ci fosse dietro una modellista precisa come Olga, Milagros, o Patricia e operarie addette al taglio, e al cucito o stiratrici veloci, con la capacità di trasformare un semplice schizzo in un capo perfetto.

Quando finisce la sfilata, di solito, é lo stilista che riceve applausi e gli onori del pubblico, ma in realtà dietro ogni abito ci sono tante storie che direttmente o indirettamente coinvolgono un gran numero di persone anonime. É una specie di catena dove tutti giocano un ruolo fondamentale , da quello che fa il disegno a quello del magazzino.

Qualche mese fa pubblicai un post su una ditta italiana che fa dei sandali infradito bellissime, le "Canfora", le ricordate...?.
Ebbene, un amico mio e vecchio collega in quella ditta galiziana lo lesse, e incominciamo a ricordare quanti casini c' erano state per comperare i 20 paia che volevamo per quella "ultima sfilata".


Juan, era parte di quel gruppo di persone che sorvegliavano che tutto andasse nel modo giusto, che la merce fosse a casa nel tempo accordato, e soprattutto si incaricava di fare i tramiti dei pagamenti e di litigare con me. Lui era ed é , perché ancora lavora nella firma, una persona metodica e scrupolosa nel suo mestiere che apporta un tocco di realtà in un dipartimento così caotico come l' ufficio stile.
Nonostante le nostre liti, debbo dire, che lui oltre ad essere un grandissimo professionale é diventato anche un buon amico, di quelli che lamenti veramente non vedere più spesso, ma che sai che é sempre lì, come Asun o Marian.
Quando ci salutiamo alla Coruña, ricordo che mentre parlavamo ormai in passato delle nostre disavventure nella ditta, scherzando ci veniva in mente quella celebre frase del film Casablanca "sempre ci resterà Parigi...". Quella frase ci fece ripensare a quel viaggio con il resto dei compagni, dove il malumore provocato dalla stanchezza di un viaggio lampo dopo una sfilata particolarmente difficile, ci aveva trasformato in resti umani che strisciavano tristemente in mezzo d' una città meravigliosa.

Oggi, dopo quasi due anni, ricordo ancora quella sfilata, Parigi, la stanchezza e tutti e ogni uno dei miei vecchi colleghi.
Sempre ci resterà Parigi...., ma anche La Coruña, Madrid, Asturie, Firenze, Pisa o Roma perché quello che resta sempre sono le persone, gli amici che si portano sempre dentro il cuore ovunque andiamo.

Dedicato a J.J. e a tutte quelle persone che nonostante la distanza continuano a dimostrarmi di essere amiche.

6 comentarios:

Di dijo...

Qué bonito...

Pero ahora me he quedado super intrigada en que empresa trabajaste ¿será la que yo me imagino?

Que cotilla soy madre

MY OWN YELLOW CAT dijo...

:) Que bonita reflexión, y viste a VB en persona? Que fuerrrte!

Pero tu dnd vives Madrid o Italy?


xD




ByE!!!^^

Unknown dijo...

Pues os puedo decir, ávidas lectoras de este elgantísimo blog, que yo soy J.J. y nada más. Bueno sí, que conozco a su autora, que trabajé con ella, que es una excelente diseñadorra de moda, muy profesional, seria, rigurosa y muy buena amiga mia, y que me ha gustado mucho lo que ha escrito.
Un beso, Estrella.

mimoleskineyyo dijo...

Que interesante todo el mundo de los desfiles y el trabajo que conlleva. Es como una boda, que disfrutas más preparándola que en el propio día de la boda. A ver...es un ejemplo, que nunca me he casado...:-p pero es lo que se dice, quien dice una boda, dice una fiesta...o como es tu caso un desfile, y si trabajas con un buen ambiente empresarial, pues aún lo disfrutas más.

Ángela dijo...

Con el título de tu blog me siento totalmente identificada. Un día me caí por unas escaleras y no lo solté. Afrortunadamente no me paso nada y a mi bolso, menos. Las fotos de Paris son preciosas. Te visitaré.

Lapetitefille dijo...

Paris.. la verdad es uqe las fotos que has subido no tienen desperdicio.. esa niebla me recuerdaa cuando me levanto y la veo en mi ventana y me cuesta salir de la cama.. pero al final lo consigo..!! y la dama de francia( tour-effiel) es un icono de la capital!

un beso..